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Flow y alta performance: ¿Pueden todos alcanzar logros excepcionales?

Suele imaginarse que los top performers son personas que trabajan una cantidad de horas excepcionales. La realidad es que logran resultados excepcionales trabajando las horas normales, salvo períodos aislados. Así surge de las entrevistas que estamos realizando en nuestra investigación sobre Flow en top performers, en la que nos planteamos cuatro preguntas:

  1. ¿Qué relación hay entre flow y alto desempeño?
  2. De las nueve características centrales del al flow, ¿cuáles son las que posibilitan el acceso a esta experiencia?
  3. ¿Qué diferencia a los top performers de los que tienen una performance baja?
  4. ¿Es posible mediante el flow disminuir la brecha entre alta y baja performance?

Transmitiremos a continuación lo que surge de la bibliografía reciente y los resultados alcanzados en nuestra investigación (que suma a las entrevistas una escala cuantitativas aplicada en +350 casos).

Ante todo, ¿qué es el flow? La Experiencia Óptima o de Flow conduce a la alegría, la creatividad y el proceso de involucración total en el desempeño de la tarea, dando lugar a que se produzcan los mejores momentos, que ocurren cuando el cuerpo o la mente de una persona alcanzan su límite en un esfuerzo voluntario para conseguir algo difícil y que valga la pena. Está asociada a la motivación intrínseca. La persona está absorbida en lo que hace y, pese a las dificultades, logra un estado de disfrute que luego desea repetir. Se ha demostrado que es en el trabajo donde más se experimenta.

Esta característica de “desear repetirlo” es el diferenciador de la motivación sustentable basada en desafíos de la motivación tradicional basada en beneficios o recompensas. Mientras que la primera produce un rulo reforzador positivo2 , la segunda sólo alcanza un “efecto inyección” que se agota a lo sumo en unos meses debido al proceso de adaptación hedónica propio de las personas.

En la bibliografía de los últimos años3 se ha igualado flow a alta performance. Los top performers tienen una alta saturación en flow, y se ubican por encima del promedio de los trabajadores del conocimiento (los que, según distintas investigaciones, acceden a esta experiencia en mayor grado que los trabajadores no calificados). De esta forma, el logro de resultados excepcionales se transforma en una experiencia buscada no por su consecuencia (reconocimiento, premios) sino por el disfrute que brinda el desafío de extremar las propias competencias tomando decisiones y asumiendo riesgos que energizan mientras se transita la experiencia, que puede tener distintos grados de éxito.

Posibilitan el acceso a esta experiencia tres características. En primer lugar, la claridad de objetivos. Tradicionalmente se asocia objetivos con la deseable existencia de medidas externas de desempeño (indicadores financieros, de producción, de servicio). Sin embargo, los top performers van más allá de esto: se ponen sus propios objetivos en el día a día, adaptándolos frente a cada cambio del entorno (que modifica los objetivos con una rapidez que los sistemas organizacionales no pueden seguir). La otra característica es la inmediatez del feedback. Es muy importante el “feeback de desarrollo”4 proporcionado por la gerencia. Sin embargo, lo diferencial es que estas personas han aprendido a darse su propio feedback (autofeedback), el proveniente de su desempeño. Así obtienen continuamente pautas para modificar su dirección y comportamiento para alcanzar las metas desafiantes que se han propuesto. Por último, la disposición a mejorar sus habilidades de manera constante transformando tanto logros como fracasos en oportunidades para aprender.

Por ello la principal deferencia entre altos y bajos performers es que los primeros han aprendido a superar los obstáculos personales y organizacionales para acceder a esta experiencia de flow, que es auto recompensada y gratificante, en promedio de dos a tres veces a la semana. Esto es lo que hace sustentable la alta performance, lo que se traduce en las organizaciones que participan de esta investigación en que nos dicen que “siempre son las mismas personas quienes se destacan”.

Lo esencial del proceso es la existencia de desafíos, que es lo que tienta a las personas a permanecer en la organización que se los brinde, con la confianza en ellos que de hecho implica. Las investigaciones más recientes y consolidadas en motivación corroboran este hecho.

Nuestro trabajo actual consiste en suministrar los medios para abrir la experiencia de flow a un universo cada vez mayor de trabajadores de cada organización, para que de esta manera el alto desempeño sea un deporte que todos deseen practicar.

Julio Marolla

Profesor de Comportamiento Organizacional en las Maestrías en Comunicación de la Escuela de Posgrado en Comunicación de la Universidad Austral y en la Especialización en Psicología Organizacional y del Trabajo de la UBA.

julio.c.marolla@gmail.com

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