Claves del éxito para desarrollar una competencia

Por Ma. Eugenia Jolivet | J3 Consultora | LinkedIN

¿Cuáles son las claves del éxito para desarrollar una competencia?. La capacidad de mirarnos a nosotros mismos, con sinceridad, ver quiénes somos y pensar acerca de quienes queremos ser. Conocernos. Practicar el autoconocimiento. Estar atentos a nosotros mismos, ¿qué quiero? ¿qué pienso? ¿qué siento? ¿hacia dónde está yendo mi carrera profesional? ¿mi vida?

Apoyarnos en la devolución que nos dan los otros, aquellos con quienes interactuamos de manera cotidiana. Tomarlo y analizarlo. ¿Es cierto el comentario? ¿lo veo yo también de esa manera? ¿podría ser cierto? ¿lo pongo en duda al menos?.

Estas preguntas nos llevan a la otra clave del éxito en el desarrollo de competencias. Hacernos preguntas y responderlas. La reflexión. Revisar mis acciones y considerar ¿qué hice? ¿cómo lo hice? ¿por qué lo hice de esa manera? ¿fue exitoso? ¿podría haberlo hecho mejor? Cada una de estas preguntas genera la posibilidad de repensar mi accionar y hacer un movimiento de cambio que devenga en un resultado superador.

La mejora continúa de nosotros mismos

Estas dos actitudes serán de gran utilidad a la hora de proponernos el crecimiento en algún aspecto de nuestro perfil. ¿Fáciles de encontrar? No, para nada. Hay quién posee naturalmente estas habilidades pero lo usual es que sea necesario desarrollarlas primero, como fundamento para trabajar en competencias. El ideal sería que con el tiempo estas habilidades se conviertan en práctica habitual, generando un espiral ascendente de aprendizaje constante. La mejora continua de nosotros mismos.

¿Y las organizaciones? ¿qué papel juegan en este desafío? Desde las organizaciones podemos estimular, incentivar, dar herramientas y acompañamiento para guiar este camino. Sin embargo no podemos obligar a las personas a practicar el autoconocimiento o la reflexión. Cada persona será la que pueda hacerse responsable y protagonizar el camino de su propio desarrollo. Cada persona será la que quiera llevar al máximo nivel sus potencialidades.

La mejor ecuación: una organización que esté presente, brinde un marco y sostenga cierta continuidad para dar espacio a que cada colaborador pueda trabajar sobre sí mismo. Personas que tomen protagonismo sobre el desarrollo que quieren para sí mismos poniéndole esfuerzo, energía, dedicación. En este esquema, todos ganan.