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María Parker Follett, la primera.

Por Gustavo Aquino – gaquino@schein.com.ar

Según Peter Drucker, es “la estrella más brillante en el firmamento del management” y dijo Warren Bennis que “casi todo lo escrito hasta hoy sobre el liderazgo y las organizaciones viene de los escritos y conferencias de Parker Follett”.

¿Qué hace que la elogiada por los expertos en management sea tan poco conocida?

La elogiada oculta

Mary Parker Follett nació el 3 de Septiembre de 1868 en el barrio Quincy, de la ciudad de Boston. Su adorado padre, veterano de la guerra civil, falleció siendo ella adolescente. La madre, al quedar viuda, cae en una profunda depresión, lo que obliga a la joven Mary a hacerse cargo de la casa, de su madre y de su hermano menor. La temprana responsabilidad y la adustez cuáquera templarán en estos años su practicidad y eficiencia.

Con el dinero heredado a la muerte de su madre pagó los estudios en Radcliffe, entonces sección femenina de Harvard. Se graduó Suma Cum Laude y se le negó el doctorado por el hecho biológico, simple e irreversible de ser mujer. Las universidades eran y tal vez sigan siendo tan machistas como el ejército y la iglesia de Roma. Los claustros se equivocan en silencio, mas no sin insistencia ni crueldad.

Impresionado por su tesis sobre la Cámara de los Representantes, el futuro presidente Theodore Roosevelt la convoca a la administración. Trabajó para el Consejo del Salario Mínimo de Massachusetts y la Asociación Nacional de Centros Comunales, institución pionera de participación ciudadana y formación de líderes. Desde allí contribuyó a la democratización de la sociedad fomentando las organizaciones libres de la comunidad o no gubernamentales.

La figura monumental de Roosevelt y las organizaciones libres de la comunidad advierten a Parker Follet sobre la importancia de la participación y el liderazgo, conceptos clave que ella incorpora al management.

Simple y profunda

Henri Fayol descubre la administración que Frederick Taylor aplica al trabajo manual y Elton Mayo conquista la trama afectiva de los equipos. En esta honorable compañía, cabe a Parker Follett enfocar el trabajo del conductor. Los cuatro pilares del management están en este grupo: organización, productividad, trabajo en equipo y liderazgo.

El tamaño de su contribución aumenta la curiosidad por el silencio y la oscuridad que la rodea. En tren de conjeturar, analícese este texto que adelanta en setenta años a Millett y Mouffe:

¿Habría que darle un lugar en la política a la mujer? La mujer está en la política; ningún poder bajo el sol puede echarla. Estamos ahora comenzando a reconocer más y más claramente que el trabajo que hacemos, las condiciones de ese trabajo, las casas en las cuales vivimos, el agua que bebemos, la comida que comemos, las oportunidades de educar a nuestros hijos, que de hecho toda nuestra vida cotidiana debiera constituir política. No existe línea donde la vida de la casa termine y la vida de la ciudad comience. No hay un muro entre mi vida privada y mi vida pública.

Mary es una mujer que habla desde su condición de tal y reclama un espacio de igualdad cuando no había siquiera voto femenino. Es tan práctica como Mary Poppins y tan militante como su patrona, la señora Banks, en años en los que la creadora de estos personajes, Pamela Lyndon Travers, firmaba con sus iniciales como P.L. Travers para ocultar su sexo.

Como su admirador, Peter Drucker, Mary escribe con sencillez coloquial y efectividad periodística. Sus potenciales lectores lo agradecen, pero la claridad aleja analistas e intérpretes. ¿Quién acomete el vano trabajo de explicar lo que no necesita explicación? Además de la sencillez, usa figuras que potencian su discurso a la vez que lo vuelven bizarro para el recatado ámbito académico de los comienzos del siglo XX:

Descubrir el propósito en una situación dada es como encontrar una planta desconocida que brotó en el jardín y cuidarla sin saber qué flor o fruto dará.

Cabe destacar que esta metáfora anticipa en medio siglo lo mejor del constructivismo, pero sin su jerga académica, con un estilo más propio de Chancey Gardiner, el enigmático jardinero de la novela de Jerzy Kosinski que, llevada al cine, nos dejó el último y luminoso protagónico de Peter Sellers.

Profeta

Al igual que Drucker, Mary se inicia en los estudios políticos para luego dedicarse al management, su transición se da entre “El Nuevo Estado” (1918), todavía político y “La Experiencia Creativa” (1924), decididamente organizacional. En estos libros desarrolla la base de la teoría del campo de Kurt Lewin, los hallazgos de los National Training Laboratories y los procesos de feedback positivo y negativo definidos por Gregory Bateson. Al caracterizar lo que denomina respuesta circular, halla que nadie reacciona simplemente al estímulo de otra persona, que más bien hay un:

Yo–más–el-entretejido-entre-usted-y-yo que se encuentra con usted-más-el-entretejido-entre usted-y-yo, etc.

Estos ciclos también le sonarán familiares al conocedor de los modelos descriptos por Peter Senge en La Quinta Disciplina. Parker Follett instala en los procesos de interacción humana una complejidad absolutamente desconocida hasta entonces, quienes hubieran conocido sus trabajos jamás podrían haber postulado, por ejemplo, la sencillez del esquema de Shannon (si, el de emisor – encodificador – canal – decodificador – receptor) para describir la comunicación. Parte de esta complejidad se funda en la postulación del carácter integral de la acción humana, amenazada ahora y entonces por el engañoso bisturí de la academia:

No creo que tengamos problemas psicológicos, éticos y económicos. Tenemos problemas humanos con aspectos psicológicos, éticos y económicos, y a menudo legales.

Su fecunda intuición descubrió en los entresijos de la jerarquía burocrática procesos laterales que prefiguran la organización matricial que la empresa DuPont llevó a la práctica y que luego se expandió por todo el mundo empresario.

Destacó que una negociación eficaz requiere hallar una base de coincidencias tal que permita arribar a soluciones satisfactorias para ambas partes. Otra vez pionera, anticipa el criterio win-win del modelo de negociaciones de Harvard difundido por los profesores Ury y Fisher en 1981.

Vencedora vencida

Manejó con destreza el francés y el alemán. Idealista no utópica, profesó un optimismo basado en hechos y una íntima confianza en las bondades de la naturaleza humana y la democracia.

No fue particularmente bonita, la describen delgada y severa, pero también inteligente, segura de sí, sensible y encantadora en la conversación. Solterona, decían, tal vez con piedad y con esto se puede entrever la razón de su condena al ostracismo: desde los treinta años vivió en pareja con Isobel Briggs, la administradora de la selecta Escuela Shaw de Boston. Isobel fue su lazarillo con las elites bostoniana y londinense, a la vez que la contenedora de sus frecuentes ataques de ansiedad y melancolía.

Devastada por la muerte de Isobel en 1926, deja ese paisaje cotidiano que se la nombra sin piedad y viaja a Inglaterra donde, ya afectada en su salud, da una serie de memorables conferencias en la London Business School. Se sintió más cómoda en Inglaterra que en el puritano Massachusetts que la condenaba por ser mujer no sujeta a un hombre. El cáncer acabó con su vida fecunda y anticipatoria en Boston el 18 de diciembre de 1933.

El tiempo revisó la condena y sesenta años más tarde la universidad que le negó el doctorado editó el libro de Pauline Graham “Mary Parker Follett: Profetisa del Management”. Rosabeth Moss Kanter escribió el prefacio y Drucker la introducción

A todos vence, tan callando, la muerte. Apenas un puñado de héroes revierte, en segunda instancia, la temida e inveterada sentencia para ser clásicos que siguen vivos en sus textos. Entre ellos está la flaca Mary Parker Follett.

3 respuestas en “María Parker Follett, la primera.”

Gracias Gustavo por esta revelación. Cuán útil resulta para desmitificar el aura de algunos autores contemporáneos a los que se adhiere con pleitesía desconociendo estos antecedentes, simples, basados en una aguda percepción de los fenómenos humanos en las organizaciones. ¡¡Pionera y anticipadora!!

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