Claudio Amitrano | Grafólogo, Consultor y Docente | LinkedIN
En el famoso libro de Oscar Wilde, “El Retrato de Dorian Gray”, el protagonista había logrado inmortalizar su imagen en la realidad, mientras que el cuadro de su persona iba padeciendo los embates del paso del tiempo.
Esta especie de pacto con Mefisto, le había permitido -con no poco narcisismo– quedarse con el mejor momento de su vida. Aun a riesgo de que no quedaran vestigios visuales de la experiencia adquirida.
Acaso olvidó el buen Dorian; que somos capaces de adivinar los gestos predominantes de alguien que envejece, por algún surco en su cara o en su frente. Que con cierta facilidad podemos apreciar el daño o la paz, en los bordes de sus ojos… en el brillo de su mirada.
Del mismo modo; muchas personas hacen de su experiencia laboral plasmada en un Curriculum, una suerte de retrato de Dorian Gray, pero de corte laboral.
Es fácil observar cómo esas Hojas de Vida, van envejeciendo y aun cuando los portadores parezcan no haber sufrido el paso del tiempo, sus experiencias han quedado vetustas y desactualizadas. Los rostros cambian apenas, pero los CV van sufriendo el deterioro de la falta de actualización. En lugar de veinte años de experiencia, parecen haber repetido veinte veces el primer año de trabajo. Sus currículos se han vuelto ancianos y el mercado los rechaza porque sin darse cuenta, ellos mismos han decidido para sus carreras una jubilación anticipada.
El CV del siglo XXI debe ser dinámico. Debe estar orientado a mostrar de nuestras carreras, sólo aquellas cosas que tengan algo que ver con las posiciones a las que aplicamos. Como en una suerte de escaparate que decide iluminar con lámpara dicroica, sólo aquello que estamos interesados en vender; debemos ser capaces de hacer siempre un CV nuevo y “aggiornado” a lo que demandan los nuevos tiempos.
En resumen, para no ser desplazados por las nuevas generaciones, debemos dejar de ser “nostálgicos” y ponernos en venta todo el tiempo, destacando no sólo lo que pudimos haber hecho, sino lo que seremos capaces de hacer mañana.
Si rompemos con ese paradigma de CV estático; luciremos con orgullo el paso del tiempo laboral y le mostraremos al mercado que el diablo sabe por diablo… pero más sabe por viejo…