Categorías
Sin categoría

La renuncia callada

Me pide el amigo Guillermo Barreto unas líneas sobre la “quiet quitting” y, en un primer momento pensé que se refería a la llamada Gran Renuncia de los tiempos de pandemia, pero luego halllé que es una segunda ola, distinta, pero complementaria de ésta.

La renuncia callada (prefiero “callada” a la traducción habitual de “silenciosa”) es una tendencia a la baja del compromiso de la gente con su trabajo. Desmotivación, desinterés y hasta fastidio con las organizaciones, los jefes y sus tareas que, según Gallup (https://www.gallup.com/workplace/398306/quiet-quitting-real.aspx) , afecta a la mitad de la fuerza laboral de los Estados Unidos. No es poca cosa.

Mi confusión inicial es salvable si este malestar difuso se integra en una unidad de sentido con la gran renuncia (Great resignation) que la precedió y que se hizo evidente con la renuncia masiva de 3,6 millones de trabajadores norteamericanos en Mayo del 2021. Los renunciantes callados, en cambio, no mandan el telegrama ni cobran su liquidación final, están en el zoom y aparecen por la oficina; pero sus cabezas y corazones se van de la empresa… quién sabe a dónde.

Herman Melville, mayormente conocido por su monumental Moby Dick, relata en “Bartleby el Escribiente. Una historia de Wall Street” las desventuras del abogado que contrata al copista o escribiente que da nombre a este cuento largo o novela corta.  Bartleby conoce su trabajo y lo hace bien, pero cuando el abogado le pide revisar un tema juntos, se niega – afirmando “I would prefer not to”. De allí en más, ante cada requerimiento del jefe perseverará en su negativa con esa letanía que Borges tradujo como “Preferiría no hacerlo”. Destaca Gilles Deleuze que la extraña gramática de la fórmula negativa de Bartleby en su original inglés “Excava una zona de indiscernibilidad, de indeterminación, que crece sin cesar entre unas actividades no-preferidas y una actividad preferible”. Tal como lo vio Deleuze, pero también Hannah Arendt y Norberto Bobbio, esta cortés desobediencia es una forma de resistencia pasiva. Hay una callada rebelión que pone en crisis a un viejo paradigma despersonalizado, jerárquico y machista.

Escuchando a los profetas y a los sabios

Brian May compone La Canción del Profeta, un tema cargado de alusiones bíblicas que Queen grabará en el gran álbum Una Noche en la Ópera. Freddie Mercury inicia la canción con esta letanía:

Oh! Oh! Pueblos del mundo
Atiendan al Profeta que dijo
“Cuídense de la tormenta que se viene”
Escuchen al Sabio

Christophe Desjours, profeta y sabio, sostiene que quien trabaja espera, además de un eventual pago material, una necesaria y potente retribución simbólica que consiste en el reconocimiento de su trabajo. El trabajador necesita que le hagan saber que su trabajo está bien hecho, que es necesario, que tiene sentido y propósito. Solo entonces retoma el equilibrio que perdió al movilizar su subjetividad para otro. El reconocimiento del buen hacer permite al trabajador reapropiarse de su trabajo y llevarlo al plano del ser; si hago bien, soy bueno, valgo. Cuando falta este reconocimiento, no se restablece el equilibrio, hay inseguridad y se sufre.

Hay una callada rebelión de los trabajadores que sufren por la falta de reconocimiento. Se rebelan contra organizaciones y empresarios tan pobres que sólo tienen dinero para dar.

Byung-Chul Han, profeta y sabio, habló de una pandemia antes de la pandemia. Descubrió que una terrible pandemia de depresión y trastornos de ansiedad – TDAH (Trastorno por déficit de atención con hiperactividad), TLP (Trastorno límite de personalidad) y SDO (Síndrome del desgaste ocupacional o burnout) – asola al mundo como consecuencia de vivir nuestras vidas corriendo sin descanso de un desafío a otro, de un inconveniente a otro. Según el amigo Miguel Ángel Forte, Han describe cómo “(..) andamos a los tumbos del sinsentido, sostenidos por la regimentación ortopédica del diseño curricular de la vida en la sociedad del rendimiento”.

Hay una callada rebelión de los trabajadores cansados, frustrados e inseguros. Se rebelan contra organizaciones y empresarios que generan ansiedad y corroen el carácter; diría Richard Sennett.

Alex Rosenblat, profeta y sabia, estudió con dedicación el impacto de los algortimos en nuestra vida y, sobre todo en el trabajo. Su libro Uberland describe el modo en el que los choferes/enterpreneurs de Uber son gerenciados por algoritmos y las consecuencias que éste trato impersonal tiene sobre ellos. En sintonía con Han, relata cómo estos conductores tienen otros empleos lo que los lleva a extender sus jornadas laborales hasta 13 o 14 horas diarias y a ocupan también sus vacaciones con viajes pagos.

Un dato interesante es que Uber contrató a Rosenblat en el 2021, tres años después de la publicación de Uberland, con la sana intención de mejorar la relación de la empresa con los choferes.

Hay una callada rebelión de los trabajadores rebajados a una mera instrumentalidad, a la condición de animal laborans. Se rebelan contra organizaciones y empresarios impersonales y deshumanizantes.

Fuera de la galaxia Gutenberg, la renuncia callada puede ser una excelente comedia como la versión original de la BBC de The Office, guionada y actuada por el genial Ricky Gervais.

Finalmente, la gran renuncia ya es publicidad en las gráficas de Bumeran.

RENUNCIO | La nueva campaña de Bumeran para promover el trabajo que te gusta

8 respuestas en “La renuncia callada”

Gus, sabio, poeta y profeta, así como Borges tradujo tantos textos con la astucia de quien sabe (cómo “el corazón delator” de Poe) “callada” muestra la hilacha. Tiene la picardía del truco, cuando el otro invita a bajar la carta sin decir nada para hacer que la debilidad no parezca tal. No es silencio, sino que como tan bien lo demostras, es clamor.

Gracias achi Ricardo. Es muy sugerente tu alusión al truco con la acción de callar. La tomó. Originalmente elegí callada dado que presupone una decisión, en lugar de silenciosa que refiere a un estado. Hay voluntad en el callar.

Excelente, fundado y hondo ¿qué más se puede decir de este trabajo de Gustavo Aquino?
Me asombra el trabajo inicial de Guillermo Barreto y las reflexiones que trajo consigo. Parece que así como hay renuncias calladas hay liderazgos callados.

Querido amigo, muy interesante interpretación de un particular generalizable (y excepcionalmente versada como siempre), que inserta el paradigma sustitutivo de la ultramodernidad abrevando de sus fuentes debidamente anticipatorias en el arte. Nevertheless “China è vicina” (Bellocchio dixit).

Responder a roberto sabuqui Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *