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Saberes para estos tiempos

Por Denise Ferreyra | LinkedIN

La vida me ha permitido desarrollarme en dos oficios o profesiones: la gestión de recursos humanos o gestión del talento en el mundo empresarial, y las micro-finanzas para ayudar a salir de la pobreza a personas en situación de muy alta vulnerabilidad. Me gusta pensarlas más como oficios que como profesiones porque ambas tienen el respaldo de un fuerte bagaje de conocimiento teórico y académico profundo, pero mucho más de competencias desarrolladas en el campo de trabajo y en el contacto directo con las personas, y aún más incógnitas y desafíos por resolver.

Primero transité muchos años en la gestión de recursos humanos. Luego, hace unos 12 años, descubrí el mundo de las microfinanzas y los desafíos de la inclusión. Fue como ver las dos caras del mundo económico y social: el trabajo con los incluidos, y luego el trabajo con los excluidos, que hoy en nuestro país son prácticamente mitad y mitad.

La pandemia y su impacto en la economía está haciendo que el segmento de excluidos crezca, y que una parte importante de los incluidos tenga problemas que solían ser propios de los excluidos: falta de acceso a productos y servicios financieros, falta de acceso a la educación y a la salud, sobre endeudamiento, dificultad para ahorrar, obstáculos para acceder a una vivienda digna, alta vulnerabilidad ante emergencias e imprevistos.

Los incluidos se están empobreciendo, y ya no estamos frente a una crisis que nos exige resiliencia sino frente a un nuevo escenario que tendremos que administrar por un tiempo prolongado si todos los actores hacen lo que deben hacer, y permanente si esto último no sucede.

Hoy en las organizaciones empresariales, quienes gestionan recursos humanos se encuentran con un numeroso grupo de personas que estando incluidas sufren estas problemáticas que aún no forman parte del repertorio de problemas de RRHH a solucionar y por lo tanto no cuentan con respuestas para abordarlos.

En el centro de todas estas problemáticas están las personas – muchas tratando de sostenerse en la tormenta- intentando mantener viva una ilusión o proyecto de desarrollo y futuro. Hoy esas personas necesitan de todo el arsenal de herramientas de desarrollo personal y profesional que ofrece el arte de la gestión del talento, y de todos los recursos de inclusión y reducción de la vulnerabilidad que brindan las microfinanzas.

Las herramientas de las microfinanzas, con probada efectividad como amortiguadores de la pobreza, pueden ser también protectoras de la clase media. Tal vez es hora de que ambos campos se encuentren y complementen, pues hay mucho que pueden hacer en conjunto. Por ello, desde ésta “mi doble vida” me atrevo a acercarles algunas recomendaciones a los colegas que gestionan talento en las organizaciones.

Mi primera recomendación es que tomen conciencia que esto afecta al desempeño del talento en las organizaciones, y que ello impacta directo en los resultados de su gestión, y que impactará en los resultados del negocio, tanto o más que otras variables cuyo efecto ya se visualiza (consumo, ventas, costos, etc.).

Por lo tanto, incorporen el tema a sus agendas, incorporen nuevas metodologías y KPI para dimensionar y evaluar la evolución del problema. Las organizaciones deben saber qué porcentaje de su dotación se encuentra hoy debajo de la línea de pobreza, y qué porcentaje se encuentra en la línea de flotación o apenas por encima de ella, con altísimo riesgo de pasar en breve al segmento de los pobres, y qué problemas enfrentan.

Mi tercera recomendación es ubicar esta problemática como tema prioritario de las acciones de responsabilidad social empresaria. Sé de la sensibilidad con que muchas organizaciones están colaborando con sus comunidades en estos críticos momentos, pero todo ello es insuficiente cuando el problema se ha instalado en nuestro vecindario, adentro de nuestras organizaciones.

Pidan la colaboración de profesionales de las microfinanzas para implementar programas de beneficios complementarios a la remuneración, con bajo impacto en los costos de la organización. Programas que apunten a que las personas puedan reducir gastos, aumentar su poder adquisitivo, generar capacidad de ahorro, realizar inversiones prudentes, mitigar riesgos y vulnerabilidad en distintos aspectos, y mejorar su seguridad, su bienestar y calidad de vida. La gama de acciones que pueden implementarse es muy amplia y variada y puede adaptarse a las necesidades y posibilidades de cada organización y grupo humano. Cito solo algunos ejemplos: adelantos en cuotas para depósitos de alquiler, convenios de descuentos con proveedores, préstamos al personal para resolver situaciones de sobreendeudamiento o para atender emergencias, compras conjuntas, seguros diversos, fondo de emergencias, fondos de becas, planes de ahorros, acciones conjuntas con otras empresas, etc.

Y para que estos programas sean realmente efectivos, las personas también necesitan más educación financiera, por lo que mi última recomendación es que incorporen a sus planes de capacitación cursos de Educación Financiera. La gente toma decisiones económicas y financieras todos los días, pero tiene muy poca formación para poder tomar ese tipo de decisiones de manera informada, aún quienes cuentan con alto nivel de formación académica.

En resumen: reconocer el problema, diagnosticarlo, medirlo, capacitar sobre el tema, afrontarlo con soluciones efectivas y medir el impacto de las acciones… y aprender y enriquecernos en el proceso.

Atrévanse a salir del repertorio conocido e implementar un plan de protección a la clase media, y verán que no solo es efectivo para las personas destinatarias, sino para la organización en su conjunto. Un plan de este tipo retiene talento, baja el nivel de estrés que provoca el contexto en la organización, mejora el clima laboral, genera competencias transferibles a la organización y fortalece los vínculos de las personas con la organización y entre ellas.

6 respuestas en “Saberes para estos tiempos”

Realmente me parece sumamente concreto y de mucho valor el abordaje que describís, para una problemática tan seria. En tiempos de tanta superficialidad en algunas propuestas y a la vez, de tanta necesidad real, es buenísimo que existan estas iniciativas. Felicitaciones y gracias por compartirlo.

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